Gran parte de los cristianos se encuentran hoy en un estado de «analfabetismo religioso», según una expresión bien gráfica de Benedicto XVI, que se corrige no solo mediante la enseñanza espiritual: es necesaria también una alfabetización litúrgica. Cincuenta años después del Concilio Vaticano II todavía quedan en él riquezas por descubrir. Su reforma litúrgica no pretendía simplemente cambiar unos textos, sino más bien renovar una mentalidad: hacer de la Misa el centro y la raíz de la vida cristiana. El autor ofrece en estas páginas una ayuda para lograrlo, partiendo de cada palabra y de cada gesto de la celebración.
Juan José Silvestre Valor (Alcoy, Alicante, 1973) es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, donde es Profesor de Teología Litúrgica. Sacerdote, Doctor en Liturgia por el Pontificio Istituto Liturgico Sant’Anselmo de Roma, fue consultor del Ufficio Celebrazioni Liturgiche del Sommo Pontefice y en la actualidad es consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Crítica
En esta primera edición, el libro va acompañado de un elocuente prólogo del Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, que subraya la contribución de la liturgia en la nueva evangelización, y las características que ha de tener: adoración a Dios, contribuir a satisfacer la sed de Dios y de espiritualidad del hombre contemporáneo, mediante el encuentro con Dios en las celebraciones litúrgicas; la participación activa en la liturgia, la belleza y el cuidado de la celebración… Y agradece al autor un ensayo tan oportuno cuando se cumple el 50 aniversario de la constitución «Sacrosantum Concilium».
El autor señala como motivo del libro unas palabras de San Juan Pablo II en un seminario romano, citadas por el Papa Francisco: “¡Aprender a vivir la Santa Misa!; a esto nos ayuda estar en adoración delante del Señor eucarístico en el sagrario y recibir el sacramento de la reconciliación”. Y busca contribuir a curar el “analfabetismo religioso”, en palabras de Benedicto XVI, que aflige a muchos cristianos, por medio de una formación litúrgica y espiritual, que ayude a que los fieles -laicos, religiosos y sacerdotes- puedan profundizar en este “camino de identificación con Cristo que pasa por la escuela de la Santa Misa, por el aprendizaje vital de las palabras y los gestos de la celebración”.
El método es “mistagógico”, desde los ritos. Y entre las fuentes del trabajo, además de la ordenación General del Misal Romano, el Magisterio contemporáneo de Juan Pablo II y el Papa Francisco y el «Catecismo de la Iglesia Católica», con especial hincapié en el magisterio litúrgico de Benedicto XVI; son frecuentes las referencias a los Padres de la Iglesia (entre otros, a San Agustín, S. Cipriano, S. Justino, S. Ambrosio y S. Gregorio Magno); y a los santos, en especial, a San Josemaría Escrivá en sus homilías sobre la eucaristía; y a autores contemporáneos. En conjunto es un excelente texto de formación mistagógica para ayudar a vivir la Santa Misa, a la adoración eucarística y a la conversión del fiel cristiano, que le lleve a transformar el mundo.
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