Poca presentación precisan los tres volúmenes de esta obra de Benedicto XVI. Puede ser descrita, siguiendo lo que el autor explica, como una “vida de Jesús” en línea con lo que en su día publicaron Karl Adam o Romano Guardini. Cada uno de los capítulos que la componen cierra un tema y son algo desiguales, no tanto en calidad, como en planteamiento. Hay unos más meditativos y otros más argumentativos, unas cuestiones son tratadas más extensamente que otras, etc. Esto podría ser visto como un inconveniente: a veces parece que falta continuidad en el discurso. No obstante, también implica la ventaja de que es posible esperar que, cuando un capítulo no haya cautivado al lector, el siguiente sí puede hacerlo.

Jesús de Nazaret puede ser considerado un libro único para el desarrollo de la exégesis bíblica en los inicios del s. XXI. No solo por sus aportaciones en el campo estrictamente exegético —que son interesan-tes y sumamente enrique-cedoras—, sino sobre todo porque demuestra que los estudios bíblicos pueden y deben dar fruto para la vida espiritual.

Los capítulos que componen la obra tienen diversos planteamientos: hay unos más meditativos y otros más argumentativos, unas cuestiones son tratadas más extensamente que otras, etc. El autor resume a lo largo de tres volúmenes sus reflexiones sobre la vida de Jesucristo, dejando entrever que para él no es un simple personaje histórico, sino Alguien verdaderamente presente.